Tres monjas de paso por Madrid deben pernoctar en el convento de su orden. Al recoger sus maletas, descubren un cesto con un niño recién nacido y, aunque piensan entregarlo a la Beneficencia, deciden primero localizar a sus padres; para ello cuentan con la complicidad de Paco (Pepe Isbert), el mejor taxista que podían imaginar.